Cuando vi el video que comparto abajo me cayeron varios veintes, y me inspiró a escribir un poco sobre lo que he aprendido lidiando con cambios de hábitos y su impacto en nuestras relaciones interpersonales.
En el video Layne Norton habla de estudios que vinculan la perdida de peso con la vida social de los sujetos del estudio, ahora, como contexto, hace aproximadamente 5 años deje el alcohol de modo bastante astringente, no tengo ningún tipo de aberración ni trauma ligado al consumo de alcohol, simplemente dejó de serme interesante o de ser un elemento que incorporara en mi vida.
Hace también aproximadamente 4 años empece a tomarme en serio el tema del entrenamiento físico, o como le dice la banda, el fitness, el hacer un par de horas de actividad física diaria, aprender sobre nutrición, procurarse de alimentos que me ayuden a desempeñarme en optimas condiciones y a recuperarme de la mejor manera del trabajo al que someto esta máquina de carne, huesos, tendones y tripas, haciendo uso de múltiples herramientas como estiramientos, masajes, fisioterapia y dormir, entre otros.
Con ambos cambios vinieron hábitos nuevos, y naturalmente hubo hábitos viejos que se desecharon, la ocasional pizza y cervezas viendo la TV se convirtió en el tazón de avena con leche de almendras y frutas rojas en la mañana antes de ir al gimnasio, pero eso era en la intimidad de mi casa, el tema curioso ocurrió en las interacciones sociales.
Sobre todo para las personas cercanas con las cuales compartí épocas de estudiante o me conocieron en otros ambientes, el hecho de que radicalmente dejara de beber fue de primera instancia pitorreado: «échate una chela,no te vas a poner borracho con una», «la neta nomas es una cerveza», «¿no vas a acompañarme con un trago?», entre otras frases fueron las que me tuve que morfar una y otra vez en el periodo que yo llamo de «desilusión«.
Y es que las amistades y conocidos se desilusionan, hay algunos que creen que por que decidiste dejar de beber alcohol y ahora estas entrenando regularmente, de algún modo te «crees mejor que ellos», cuando es una decisión tan personal como si eres crudovegano o frutívoro o motociclista, así que incluso hay gente que tal vez usándolo como vehículo para manifestar otros sentimientos simplemente te segregan.
Hubo un rato donde amistades o gente que yo consideraba cercana simplemente ya no me consideraba para «cotorrear«, el argumento : «como ya no tomas ¿a que te hablo?», o «ni vas a comer <inserte aquí comida alta en calorías y poco nutritiva>», como si el núcleo no fuese la convivencia si no el micro-intoxicarse, esta fue una revelación que me costó trabajo digerir (irónicamente), o como dije, tal vez solo fue el mejor vehículo para no seguir conviviendo conmigo, por alguna otra razón, no lo sé.
Luego pasó a otra época en la que algunos me invitaban como conductor designado ya que sabían que podía conducir y ellos beber sin preocupaciones prácticamente, hasta que eventualmente la situación social se estabilizó, dando como resultado algunas personas que permanecieron y otras que perdieron contacto.
Ahora, parecería una situación triste, pero estoy omitiendo todo el grupo de gente que ganas, y uno tiende a hacer migas con la gente que va compartiendo nuestros intereses, si te gusta el ajedrez, hay una muy alta probabilidad de que tus amigos o gente con la que socialices también les guste el ajedrez, igual con la jardinería, papel maché, artes marciales, shibari, lo que quieras….
Así que como dicen los gringos: «you win some, you lose some», o como decimos de este lado, unas por otras, tal vez unas personas se van pero definitivamente, otras personas llegan y otras tantas también se quedan y permanecen entre los cambios, y es que es nuestra naturaleza, somos seres sociales, aunque queramos poner nuestra mejor cara de «no me gusta la gente», necesitamos la manada, y necesitamos que la manada nos acepte, lo que he aprendido es discernir y adherirse a las manadas que mas nos ayuden o nos pongan en el caldo de cultivo apropiado para exprimir la mejor versión de nosotros y tengamos modo de retribuir del mismo modo al grupo.
Cerrando el post te comparto que esta es solo mi experiencia, y recuerda que somos el promedio de las 5 personas con las que mas tiempo pasamos, a ver si vamos siendo mas selectivos, y del mismo modo que ponemos candados y trabas para proteger nuestra propiedad y bienes, lo hacemos también con nuestro tiempo y salud mental, te mando un abrazo.
MNK.
Deja una respuesta